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Modelo cultural

  • Position Paper
  • "Hacia un nuevo IED"
  • Número 01 - 8 de junio de 2018
Comitato Scientifico
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Pocas épocas como la nuestra se han visto sometidas a procesos de transformación tan profundos y acelerados que recorren por igual sus estructuras económicas, políticas, sociales y culturales. Estos procesos, que han venido a interpretarse bajo los conceptos de globalización y mundialización, son la causa de una nueva situación planetaria marcada por una profunda complejidad e interdependencia. Se trata de un nuevo orden del mundo que ha modificado cualitativamente el sistema heredado de la primera mitad del siglo XX, dando lugar a un nuevo escenario en el que son cuestionados buen número de postulados estratégicos, obligándonos a un trabajo reflexivo a efectos de una mejor comprensión de la nueva complejidad.

En esta dirección la globalización se ha convertido en el foco principal de todos los análisis. La profunda reorganización de la economía mundial ha generado cambios fundamentales tanto en el sistema político como en las formas de organización social, sin olvidar la tendencia a la homologación de las diferentes culturas y concepciones de la vida, procesos éstos acelerados por la planetarización de las tecnologías de la comunicación.

En líneas generales  se puede afirmar que la aparición de  la Sociedad de la Información ha hecho posible una modificación cualitativa de los procesos de aprendizaje, abriendo un nuevo horizonte hacia el que orientar métodos y prácticas al interior de un Smart Planet que ha universalizado el sistema del conocimiento y sus accesos. Se trata de un cambio radical de los procesos de acceso, apropiación y uso del saber, que modifican los comportamientos de aprendizaje e instrumentalización del conocimiento. La sociedad red nace como una nueva utopía, como modelo y proyecto al que tienden las sociedades del futuro.

 

La adecuación a este modelo representa hoy en día uno de los desafíos principales de toda política educativa. Se trata de inducir, formar, adecuar la percepción y las actitudes intelectuales a las condiciones del saber de la nueva época. En este sentido el IED se enfrenta a un desafío excepcional que le permita articularse no sólo a los grandes cambios aquí indicados, sino también de poder pilotar aquellas innovaciones que le posibiliten situarse en un mapa fuertemente competitivo y en el que la calidad de la educación será un valor definitivo.

Diferentes instituciones internacionales inciden hoy en la centralidad de estos cambios de los sistemas formativos. Se trata de  poner en juego procesos de libertad guiados por una alta capacidad creativa y asociados a una curiosidad activa en todos los campos. Esta libertad permitirá a estudiantes y profesores dibujar juntos el mapa de una época que interpela al Design permitiéndole ampliar su campo de intervención.

De hecho hoy asistimos a una dilatación progresiva del campo teórico y operativo del Design. Sus programas se definen hoy desde una relación permeable  a las grandes transformaciones de los sistemas de vida de la sociedad postindustrial, marcados principalmente por la homologación cultural y la internacionalización de la producción. En esa perspectiva podemos hablar de la generalización de nuevos cultural patterns que terminan por definir los nuevos modelos de referencia simbólica sobre los que se construyen los procesos de identidad y diferencia del mundo contemporáneo.

Desde esta perspectiva el IED debe construir su proyecto buscando dialogar con los diferentes contextos que se derivan de todos estos cambios. Necesitamos situarnos en un nuevo Cosmopolitismo atento a las formas de mestizaje cultural en sus diferentes dimensiones y que termina siendo la base de referencia de un futuro capaz de integrar la complejidad de sociedades y culturas. Homi Bhabha habla de Cultures In-between definiendo así el espacio de la comunicación social y cultural. Se trata, como el mismo Bhabha indica, de un cambio antropológico fundamental agenciado por los nuevos sistemas de comunicación e integración social.

Finalmente el ideario del IED debe estar directamente relacionado en términos éticos con la complejidad del mundo contemporáneo. Es urgente asumir una nueva responsabilidad frente al futuro inmediato de nuestro mundo y la humanidad. Debe hacer suyo un ideal moral. Se trata de construir un nuevo pensamiento crítico que haga suyo un nuevo proyecto utópico que no sólo piense sino que también construya lo que el pensamiento ético-político define como lo Common, es decir aquel bien común innegociable que es la garantía de una historia humana acorde con la dignidad y los derechos humanos. Se trata de pensar tanto la cultura del proyecto como los procesos de formación desde una perspectiva cosmopolita y ética.

El Design entrará así como uno de los instrumentos más significativos a la hora de definir las nuevas formas de la cultura. En su intención pertenece por derecho propio a la cultura del proyecto. En sus aplicaciones, es el momento en el  que se deciden todos aquellos elementos que modernizan no solo los usos, sino también los gustos, las formas de percepción y hasta el sistema de necesidades. Toda reflexión sobre el Design termina siendo una reflexión sobre las tendencias de la cultura y sus proyectos.

A nadie escapa que estas reflexiones adquieren una mayor fuerza si el contexto que las define es el de unas culturas como las nuestras sometidas a procesos de aceleración e innovación profundos, cuyo alcance atraviesa todos los dominios de la ciencia y de la vida, de la producción y de la sociedad. Intervenir en estos procesos es una de las responsabilidades de quienes hacen suya la tarea de la construcción de las sociedades del futuro.

El ideario del IED debe estar directamente relacionado en términos éticos con la complejidad del mundo contemporáneo. Es urgente asumir una nueva responsabilidad frente al futuro inmediato de nuestro mundo y la humanidad